Ryan Lochte, el segundo nadador olímpico más laureado de la historia (sólo por detrás de Michael Phelps), ha admitido que es alcohólico y que va a buscar ayuda profesional para acabar con su adicción.

Además de por sus logros deportivos, el nombre del nadador estadounidense saltó a los medios durante los Juegos de Río de Janeiro 2016 cuando dijo que había sido asaltado junto a unos compañeros a punta de pistola por falsos policías brasileños. Una investigación posterior reveló que Lochte se lo había inventado. En realidad, él y sus compañeros destrozaron una estación de servicio tras una noche de borrachera.

Lochte fue sancionado por mentir por su propia federación. Pero sus problemas extradeportivos no habían hecho nada más que empezar. El pasado mes de julio fue sancionado por 14 meses después de que el propio deportista publicara una foto en Instagram en la que se le veía recibiendo un tratamiento intravenoso, algo prohibido por las normas antidopaje.

Esta semana, Lochte se vio envuelto en un incidente en un hotel de California. Trabajadores del establecimiento llamaron a la Policía alegando que Lochte intentaba derribar a patadas la puerta de su habitación. Ahora, TMZ.com revela que Lochte admite tener un "serio problema con el alcohol", que en el incidente de California estaba borracho y que va a buscar tratamiento para curar su adicción.